La anorexia nerviosa se define como una pérdida de peso de al menos el 15% del peso esperado para una persona de la misma talla, edad y sexo, o por la falta de aumento de peso hasta situarse por debajo del 85% del peso esperado. Se produce en el 0,5-1% de las adolescentes de las clases socioeconómicas medias y altas de los países industrializados, aunque afecta a todas las clases sociales. En los últimos 20 años la incidencia de esta enfermedad ha ido en aumento, estabilizándose en los últimos 5 años. Aproximadamente 1 de cada 20 casos corresponde a un varón y cada vez se diagnostica con más frecuencia en personas que no pertenecen a la población habitual de máxima incidencia.
Suelen ser "niñas perfectas", buenas estudiantes, educadas y aparentemente felices, pero excesivamente perfeccionistas y obsesivas. Nunca habían dado ningún problema hasta que empezaron a obsesionarse por el peso. Junto al bajo peso existe la convicción de que están demasiado gordas, al basarse en un concepto erróneo de la visión de su cuerpo. Les asusta el aumento de peso, por eso están constantemente paseándose y calculando las calorías que ingieren. A veces hacen continuamente ejercicio para perder más peso, no parándose nunca a descansar.
En las niñas adolescentes un criterio diagnóstico es la ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos.
- Criterios diagnósticos del DSM-IV:
A.- Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla.
B.- Miedo a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
C.- Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
D.- En las mujeres postpuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos (se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, como con la administración de estrógenos).
Tipo específico:
- Tipo restrictivo: Durante el episodio de anorexia nerviosa el individuo no ingiere alimentos en exceso o purgas (uso excesivo de laxantes, enemas o diuréticos, o vómito provocado)
- Tipo compulsivo/purgativo: Durante el episodio de anorexia nerviosa el individuo ingiere alimentos de forma compulsiva o purgas (uso excesivo de laxantes, enemas o diuréticos, o vómito provocado).
El tipo compulsivo se acompaña de trastornos hidroelectrolíticos y del pH que pueden ser graves.
El diagnóstico de anorexia nerviosa no es un diagnóstico de exclusión por lo que debe interrogarse al paciente de modo específico para descartar esta entidad. Otras patologías que pueden presentar anorexia de modo secundario y con la que debe hacerse el diagnóstico diferencial son la depresión, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn y la disgenesia gonadal en la mujer.
El tratamiento de la anorexia nerviosa irá encaminado a corregir el déficit nutricional y hacia el área psicológica y debe ser realizado por un equipo de especialistas; en ocasiones el deterioro nutricional obligará a ingresar al enfermo para aportarle las adecuadas calorías.
Cuando se consigue nutrir a estas pacientes mejoran mucho desde el punto de vista psicológico. Los padres se enfrentan a un verdadero infierno a la hora de las comidas, porque ellas se niegan a comer lo que el médico les ha mandado, se recomienda entonces a los padres que les sirvan el menú prescrito por orden médica sin entablar disputas al respecto. La terapia familiar suele ser de gran utilidad para recuperar tanto a la paciente, como la unidad familiar, dado que esta enfermedad desestructura profundamente a la familia. Es fundamental no perder la paciencia con ellas, ni la esperanza de curación.
No se ha encontrado ninguna medicación que corrija el temor irracional al aumento de peso.
Por último, no olvidar que la tasa de mortalidad de la anorexia nerviosa es superior a la de cualquier otra enfermedad psiquiátrica, incluyendo la depresión.
Suelen ser "niñas perfectas", buenas estudiantes, educadas y aparentemente felices, pero excesivamente perfeccionistas y obsesivas. Nunca habían dado ningún problema hasta que empezaron a obsesionarse por el peso. Junto al bajo peso existe la convicción de que están demasiado gordas, al basarse en un concepto erróneo de la visión de su cuerpo. Les asusta el aumento de peso, por eso están constantemente paseándose y calculando las calorías que ingieren. A veces hacen continuamente ejercicio para perder más peso, no parándose nunca a descansar.
En las niñas adolescentes un criterio diagnóstico es la ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos.
- Criterios diagnósticos del DSM-IV:
A.- Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla.
B.- Miedo a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.
C.- Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.
D.- En las mujeres postpuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos (se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, como con la administración de estrógenos).
Tipo específico:
- Tipo restrictivo: Durante el episodio de anorexia nerviosa el individuo no ingiere alimentos en exceso o purgas (uso excesivo de laxantes, enemas o diuréticos, o vómito provocado)
- Tipo compulsivo/purgativo: Durante el episodio de anorexia nerviosa el individuo ingiere alimentos de forma compulsiva o purgas (uso excesivo de laxantes, enemas o diuréticos, o vómito provocado).
El tipo compulsivo se acompaña de trastornos hidroelectrolíticos y del pH que pueden ser graves.
El diagnóstico de anorexia nerviosa no es un diagnóstico de exclusión por lo que debe interrogarse al paciente de modo específico para descartar esta entidad. Otras patologías que pueden presentar anorexia de modo secundario y con la que debe hacerse el diagnóstico diferencial son la depresión, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn y la disgenesia gonadal en la mujer.
El tratamiento de la anorexia nerviosa irá encaminado a corregir el déficit nutricional y hacia el área psicológica y debe ser realizado por un equipo de especialistas; en ocasiones el deterioro nutricional obligará a ingresar al enfermo para aportarle las adecuadas calorías.
Cuando se consigue nutrir a estas pacientes mejoran mucho desde el punto de vista psicológico. Los padres se enfrentan a un verdadero infierno a la hora de las comidas, porque ellas se niegan a comer lo que el médico les ha mandado, se recomienda entonces a los padres que les sirvan el menú prescrito por orden médica sin entablar disputas al respecto. La terapia familiar suele ser de gran utilidad para recuperar tanto a la paciente, como la unidad familiar, dado que esta enfermedad desestructura profundamente a la familia. Es fundamental no perder la paciencia con ellas, ni la esperanza de curación.
No se ha encontrado ninguna medicación que corrija el temor irracional al aumento de peso.
Por último, no olvidar que la tasa de mortalidad de la anorexia nerviosa es superior a la de cualquier otra enfermedad psiquiátrica, incluyendo la depresión.
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